Una tarde, borracha de tus uvas
amarillas de muerte, Buenos Aires,
que alzas en sol de otoño en las laderas
enfriadas del Oeste, en los tramontos,
vi plegarse tu negro Puente Alsina
como un gran bandoneón y a tus compases
danzar tu tango entre haraposas luces
a las barcazas rotas del Riachuelo:
sus venenosas aguas, vivoreando
hilos de sangre; y la hacinada cueva;
y los bloques de fábricas mohosas,
echando alientos, por las chimeneas,
de pechos devorados, machacaban
contorsionados su obsedido llanto.
Alfonsina Storni
2 comentarios:
que buena imagen!
si! pasé.
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